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A día de hoy nadie me ha querido más allá de sí mismo.

En la fina línea de la tragicomedia.

Qué bonito era todo cuando creía que no podía ser peor.

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Cuando crees que lo has perdido todo,

todavía puedes perderte a ti.

Esperar

Las palabras necesarias.

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Te dejo,

no porque te he dejado de querer,

sino porque he empezado a quererme yo.

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Y aún tuve fuerzas para pedirte perdón por lo que tú me habías hecho.

Equilibrio

El día que dejé de darte sin más, empecé a andar más recta.

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El paso del tiempo me posiciona.

Y para mover mi lugar hace falta un amor que tú no conoces.

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Ya no me importa que estés triste.

Porque tú has construído tu tristeza con lo que nos has quitado a nosotros.

Esto no es una cosa más que tienes que arreglar.

Esto es algo que no tendría que romperse.

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Tú crees que me quieres, pero no quieres quererme.

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Puedes estar conmigo, no a pesar de mí.

Declaraciones

- Te quiero.

- No quiero que lo digas, quiero que lo hagas.

Instrucciones para desaparecer

Inesperadas ausencias

llenan mi cabeza,

de tiempo.

Ese tiempo que era nuestro,

ahora se diluye.

Dame instrucciones

para desaparecer

y dejará de sonarte el teléfono.

Dame instrucciones

para amar a tu tiempo,

borrar mi enamorada voluntad,

y sonreír

como si no importaran

ni mi mundo ni lágrimas,

como si esperar fuera algo bonito

no un manejo de ilusiones.

Dame instrucciones

para seguirte

y no quedarme atrás.

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Tú lo que quieres es estar solo.

No disimules.

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Me dejaste en ese ninguna parte que da tanto miedo.

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Cuando volvió no existía ni la palabra volver.

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No soy mujer de esperas innecesarias.

Comprobaciones cotidianas:

Mi risa no sabe saltar.

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Aquí se viene a gritar,

que el eco es lo único que nos mece.

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Me he dejado sola.

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Voy a pelearme con mi sombra, que tiene que ser más floja que yo.

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Me pongo en cuarentena carnavalesca de pedir,

y de paso de dar para que el alma no me cojee.

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El amor es un lujo que no puedo permitirme.

En la orientación de los abrazos, como en las palabras reversibles.

Leo aquí: "me abrazaban y quería salir corriendo".

Y mi cuerpo no es tonto, que sabía lo que hacía.

Se quedó en el abrazo y ahora salir corriendo lleva tanta agua que no sé qué es estar más ahogada:

irme o quedarme.

No quiero volver a decir: "Otra vez".

Cuidarme es mi única intención o tendré que sacarme toda la sangre para descansar.

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Porque amar me ha llevado hasta otro cuerpo,

un lugar concéntrico

donde en tú tú tú

me pierdo.

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Al tercer día

la mujer se despertó diluída en otro cuerpo,

en otra voluntad,

y saltaron gritos en el agua.

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Prefiero la soledad que una aparente compañía.