Me gustan las mujeres
delgadas creyendo en minúsculos escotes.
Me gustan para mirarlas desenvolverse en otras vidas
en un hueco de la mía.
Me gustas tú
que te cruzas sin conocerme.
Me gustas tú
que dibujas libros a lápiz.
Me gustas tú
que recorres trenes varios días,
tú que tienes manos de madera marioneta.
Esta química de acariciar penes y egos
es la magia de mi cuerpo.
He sido triste escapista enamorada
de huída cinematográfica.
Escribí cartas en élfico
y leí todas sus palabras a orejas inertes.
Es a vosotras que persigue el pensamiento,
las horas cálidas de la belleza.
Porque os duele cada amor cada mes os duele.
Arrastráis heridas de partos
y os asusta cada madre celosa.
Llenáis de sangre palos de celulosa
tapáis heridas de esparadrapo.
"Espadatrapo", dice mi abuela.
Mujeres que inventan palabras el mundo y las palabras,
para evitar que ellos escriban los diccionarios.
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