ni la mueca de escucha del público ególatra,
ni los poetas de lata y cigarrillo.
Porque busco realidad,
al hombre generoso, que vive y nos transporta.
Busco la lágrima estilográfica,
la mancha de goma,
el árbol escrito que cobija pájaros
y a un señor de gabardina,
vestido por dentro de verdad.
Un cuerpo en su silencio,
que observa, desnudo,
tras lo que enseña.
Retira el hilo de su visillo.
4 comentarios:
Profundidad, radicalidad. Me encanta.
suerte...
Me estaba preguntando si era un señor de gabardina vestido verdaderamente (con ropa), o vestido de verdad (vestido con la verdad). En cualquier caso es precioso. Besos.
hay hombres que lo tienen todo por fuera y por dentro están huecos; me gusta lo del señor de gabardina
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