Desprecio a
todos los poetas que no son yo.
El
pensamiento accesorio en blanco y negro,
y la poesía
repleta de motivo.
Yo, que
manejo bolígrafos como pistolas de duelo americano
y provoco
explosiones de metáfora cromática.
Os
desprecio.
Malformados
que miráis al frente,
a los ojos
del amor y de los niños
y no tenéis
mi hermoso cuello de jirafa reversible,
y no tenéis
el pestañeo de las águilas.
Vosotros que
empuñáis cerveza con ansia fálica,
sin la
prestancia de un chaleco de verano.
Poetas de
los bares, poetas sin rima, sin isbn, sin reseña,
condenados
al olvido de vuestra modernidad inmediata.
Os
desprecio.
3 comentarios:
bien dicho! bravo!
Pero...¿qué te han hecho para que los desprecies de esa manera?
Y qué menos que familiarizarse con el olvido, ese grandísimo compañero del mañana
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