Te hiciste con un plato a rayas y un pijama de desnudez
y ahora me interesa más la sopa que las noticias.
Crecí llorando las alfombras del decorado más mundano,
en el que lo que pareces ser esconde un yo por todas partes.
He nacido para cargar con el castillo de ambición de mis ancestros.
Yo que soy sólo árbol y cabaña,
desgarro vestidos,
quedando así,
princesa deshojada.
Pido a cada hombre que estire de mi pelo
para poder salir de esta torre.
Hago nudos con las sábanas de noches sin dormir,
con las entrañas de lo incómodo,
para poder salir de esta cárcel.
Y sé que el futuro es una palabra arbitraria,
como todas.
Tenemos la máquina de los mil instantes,
sin revelado ni espera;
la máquina de no mirar ahora.
Filtro que nos distancia de las cosas.
Encadenamos la espera de un después,
como si lo inmediato no sirviera.
Soy una simple mujer en una simple ventana,
y mi único poder, mi única riqueza,
es una mirada directa
y una fuente de palabras para contarlo.
viernes, 19 de agosto de 2011
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1 comentario:
De cada verso una imagen, me gustó, es como si hubiese visto un corto cinematográfico.
Abrazo
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