Les llamaban chinos porque no les entendían.
Les llamaban chinos porque les parecían todos iguales.
Chinos porque tenían tiendas,
contaban cuentos, mentiras,
y llevaban pantalones,
chinos.
Los hacían allí, como todo.
Pero esta vez eran japoneses. 
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
 
 
 

No hay comentarios:
Publicar un comentario