martes, 31 de mayo de 2011

Dejar nacer al hijo


No les nacen los bebés a las mujeres de mi tiempo.
No les nacen por el peso inerte de sus profesiones.
No les nacen por ser hombres y llevar traje
y jornada de 16 horas.
No les nacen porque escuchan que ahora no,
y respetan células.
El vientre sabe el límite de juventud,
el precio del metro de cuna.
No habrá hogar y tiempo.
Les crecerá el exceso,
el juego con extraños,
vestirán deprisa, crecerán deprisa,
impondrán su acento solitario y malcriado.
Niños de pantalla y tardes de abandono,
no nazcáis.
Os perderéis la madre que acunaba aguas
y prometía naturaleza.
Os espera el hormigón,
muro de carga interurbano,
inocentes derramados
por un disparo limpio y diplomático.
La pizarra manipulada,
el amante suicida y drogadicto,
y el hijo, otra vez.
Os espera decidir,
si dejáis nacer al hijo,
para llenar vuestros fracasos.

2 comentarios:

Giovanni-Collazos dijo...

estás con la inspiración a flor de piel.

despliegas fuerza en este poema.

abrazos.

Gio.

Ciudadano Kane dijo...

Impresionante.
Genial!!!